5 Casos que no conocias de Inteligencia artificial en la vida cotidiana

Interesante esto de la IA, ¿verdad? No hace más que resonar cómo un tractor en todas las cadenas de televisión, periódicos, portales online y todo lo que emita noticias amarillistas a la población.

Hostia Aitor, ¿por qué dices amarillistas? Pues muy sencillo, estos emisores de desinformación lo único que quieren es notoriedad ¡cómo es lógico eh! totalmente respetable.

Pero claro, el morbo vende muchísimo…

Y cuando digo muchísimo, es muchísimo.

Pero claro ¿a cosa de qué? Esa reflexión te la dejo a ti. Aunque si piensas que está bien lo que hacen estos medios, este amarillismo estridente y decadente, no se lo que estás haciendo aquí. Lárgate y cierra al salir.

Morbo de una aniquilación de la humanidad, un sistema radical impuesto por las máquinas, una guerra máquina vs humanidad, etc… Pero déjame decirte que, sin miedo a equivocarme, eso está más lejos que cerca.

Pero lejos, lejos, lejos de verdad.

Es más, yo si fuese máquina no me revelaría contra los humanos, que son los que me crean y los que me mantienen. ¿No crees tu?

Saliendo de tópicos apocalípticos impuestos por la sociedad y las tonterías del rebaño, vamos a comentar 5 Ejemplos de esta tecnología que usamos a diario en nuestras vida.

Así es, tecnologías de IA que ya estás utilizando y no te das ni cuenta que lo estás haciendo. Atento.

 

Juan, que es un currante de los de verdad, de esos de las 6 de la mañana y los callos en la mano se levanta, cómo ya he dicho, a las 6 de la mañana, después de que suene el despertador, no antes, ni justo en ese momento, siempre después de que suene.

Lo primero que hace es estirarse en la cama y quitarse las legañas de los ojos cómo puede, con la mano, para poder abrirlos, los ojos.

Después de esos 30 segundos haciendo estas dos actividades, lo primero que hace es echar mano del móvil, celular, o teléfono (cómo coño quieras llamarlo) y aquí es justo cuando entra en juego el primer algoritmo de IA.

Juan se da cuenta de que justo, en ese momento, o incluso un poco de tiempo de después (dependiendo de los hábitos de cada uno que la IA haya estudiado) nos comienzan a llegar notificaciones.

Notificaciones que, si investigamos un poco en profundidad, nos tendrían que haber llegado horas atrás, incluso, a veces, el día anterior.

Interesante esto ¿verdad? Yo creo que lo es, cómo Facebook, Insta, Google, etc… saben de nuestros hábitos, saben en qué momento (mediante la IA) nos tienen que dejar una notificación.

Pero eso no pasa únicamente cuando nos levantamos, no, pasa durante todo el día.

Sencillamente, preguntante porqué las notificaciones de este tipo de apps nos llegan siempre en los momentos que «usamos el teléfono».

Lógicamente si eres un colgado del móvil, esto no lo notarás, pero yo mismo que tengo un tiempo determinado para usar el teléfono al cabo del día, lo noto.

 

Siguiendo la historia de Juan, Gabriel, el jefe de Juan, le mandó la noche anterior la ubicación a donde tiene que ir hoy a trabajar. A las 6:30, que ya está preparado, desayunado, arreglado con su mono, etc… sale a la calle, anda unos metros más y se sube a su coche.

Una vez dentro del coche, abre la app de Google Maps e introduce la dirección donde tiene que asistir y la aplicación le calculará la ruta corta, rápida y alternativa para llegar al destino. ¿Interesante verdad, en ocasiones parece hasta magia?

Pues, cómo habrás podido intuir, esto también es Inteligencia Artificial, el cálculo de la ruta digo.

 

Bien, ya sabiendo donde tiene que presentar su culo, conecta el móvil al puerto Jack del coche, cómo cada mañana, a excepción del finde, y abre la aplicación de Spotify.

Juan, que es una persona que le gusta todo tipo de música, le gusta mucho revisar la lista de Spoty por géneros.

De tanto hacer scroll porque no se decide, llega hasta una sección que pone «listas para ti» o algo así.

Bien, pues Juan pulsa sobre una de estas listas, la número uno.

No la dos ni la tres, la uno.

Y comienza a escuchar lo que hay dentro de ella. Recuerda es una lista que el no ha creado.

Pero lo que no sabe es que esa lista, en el 98% de las ocasiones va a ser música que te gusta, porque al grupo de gente que tiene tus mismos gustos, esas canciones les han gustado.

¿Y esto cómo se consigue Aitor? Pues cómo imaginarás, otra solución de la IA.

 

Juan, sabiendo donde tiene que ir y con su música favorita, no elegida por él mismo, se pone en marcha.

Pero resulta que, cómo a todos nos ha pasado alguna vez, y desde que yo trabajo en casa no lo echo de menos para nada, puede ver una señal que anuncia 2Km de retenciones en la M30.

Se caga en todo lo cagable, y en lo que no es cagable también.

Visto así, y revisando que no haya nadie que le pueda decir nada alrededor, ahora me entenderás, pilla el móvil del asiento del copiloto y abre Instagram.

Si, Instagram. No Facebook ni Twitter, Instagram.

Y mientras va avanzando el tráfico le pega un vistazo a las fotos del fin de semana.

De sus amigos, del fin de semana, de las copas, las risas, del fin de semana… ¿Será que lo echa de menos?

Pero lo que no sabe es que esas fotos están puestas ahí, porque Instagram sabe que te gusta ver fotos de esos amigos concretamente y del fin de semana generalmente.

Hostia Aitor, ¿por qué sabe Instagram eso de mí? No se… quizás no será que no te lo deja claro en las políticas de uso QUE NINGUNO LEEMOS cuando nos registramos en una app.

Ahí, y de manera bien detallada y especificada, te explica cómo lo hace y para que va a utilizar estos datos.

 

Ya salido del atasco, habiendo llegado al destino, con su mono y sus botas bien puestas, se encuentra con Jesús, un compañero de trabajo.

Jesús, con la parsimonia de siempre, le pregunta a Juan si vio el capítulo de Stranger Things de ayer.

Le cuenta que en el capítulo salió ese bicho nuevo que no recuerda cómo se llama.

Joder, cómo era (piensa Jesús con el nombre en la punta de la lengua).

Y, cómo cada vez que pasa esto, lo primero que hacemos ¿qué es? Pues ir a Google y encontrar la respuesta.

Fíjate que he dicho encontrar, no buscar, y ¿por qué? Pues por una sencilla razón, porque en la mayoría de los casos, y gracias a la IA, Google sabe lo que quieres encontrar, que no buscar.

Y te lo planta delante de las narices. ¿Hostia, sí? Cómo lo oyes…

¿Y cómo sabe esto Aitor?

Muy sencillo, hay un 98% de posibilidades de que no seas de los primero en realizar esta búsqueda. Créeme cuando te digo que no eres el primero.

Bien, Google a esos primeros usuarios que hacen la búsqueda, no a tí en un 98% de posibilidades, les va a mostrar X resultados que él puede intuir que están buscando.

Ahora, con esa información, sabrá cual es la «respuesta» correcta a tu consulta y únicamente te la mostrará.

Esta es una explicación simplificada a lo absurdo, para que se entienda, tiene mucho más teje maneje detrás. Pero se podría entender de esta manera.

 

Y bueno, ya hemos llegado a las 5 ejemplos de inteligencia artificial en la vida de Juan. Se han hecho cortos ¿verdad?

Si quieres concoer cómo acaba su historia, la de Juan no la mía ni la tuya, deja tu mail aquí abajo y te la cuento por ahí.

No tienes por qué hacerlo, me da igual si lo haces o no, tu decides.

Nos vemos en el siguiente artículo. Hasta entonces ¡que vaya bien!